Manzanares 2:::1

Llueve copiosamente sobre la avenida manzanares al 5876, pertenece a una
cafetería con mesas por doquier, algunas cerca de las ventanas que le dan al lugar
un aspecto tétrico, lúgubre, desde lejos puede verse todo lo que sucede en cada
una de ellas, en aquella cerca del ventanal junto a la columna se puede ver una
cajetilla de cigarrillos, una taza de café vacia y otra a medio sorber, unas cuantas
monedas, un cenicero con cigarrillos a medio fumar, si no fuese por la columna
que le hace sombra se vería vacía, pero alli bajo la sombra de la lampara que le
ilumina se echa de ver algo asi como un espectro con tipo de ser alguien, no podría
nadie con certeza descifrar si es hombre o mujer, encogido sobre sus hombros
emerge fantasmalmente una sombra, si se detalla a ese con precision sé podria
describir como un bulto con una gabardina color claro y guantes de piel negros,
con gafas grandes que no permiten determinar a ciencia cierta a que pertenece ese
mentón fino y delgado, sigue lloviendo a lo lejos s escucha el estruendo de la
rayeria de una tempestad típica de otoño que con estos elementos hace del lugar
un sepulcro silencioso que se ve interrumpido tan solo por el crujir de los platos y
las tasas de los comensales, no se puede saber al calculo que hora es, podría decirse
que son las 18 horas aunque la penumbra oscura de una tarde lluviosa engaña a
cualquiera.
De pronto una seña pide la cuenta, es la mesa diecisiete, Manolo, Manolo por favor se
escucha al viejo Tobias dueño del cafetín vociferar la diecisiete ha pedido la cuenta
Manolo es uno de los empleados mas viejos y cordiales de ”El Liberty “ una
cafetería fundada a mediados de los 60’s y que se ha ido sosteniendo con apuros
entre el trajín de los fast foods de hoy en día, se dice que solo se mantiene en pie
gracias a los comensales de la zona financiera de la ciudad y que son clientes
frecuentes desde hacia muchos años del establecimiento, por eso ver una cara
nueva en el lugar es motivo de murmullo máxime a esas horas y en un viernes
vísperas de fin de semana largo donde se espera que no haya nadie dentro, con
pereza Manolo escucha al viejo Tobias que ordena entregar la cuenta a esa mesa en
donde no se distingue nada y solo se ve a lo lejos el humo del cigarrillo dispersarse
entre la luz de la rayeria que alumbra los ventanales en medio de un copioso y
torrente vendaval, el estruendo no permite escuchar la ya vieja y aburrida música
de fondo que Tobias se empeña en seguir recetando a sus clientes, es Ella Fitzgerald
y Louis Amnstrong “ Atum in New York “, bajo ese panorama la cuenta de la
diecisiete, - Son $39.50 duros, Manolo con pesadez se dirige con cierto morbo a la
mesa para entregar la cuenta, pero entre mas se acerca intenta detallar de quien se
trata, si de hombre, mujer o de algún bicho raro, si de esos a los que no se les saca
lo que son a pesar de lo que se ve, ya dentro de la cocina había una cierto
murmullo sobre quien o que era el comensal que yacía en esa mesa ya que llevaba
horas, casi desde el comienzo de la tarde y tan solo un par de tasas de café, así que
es un buen pretexto para terminar la tarde con algo de intriga y que apunto de
cerrar el misterio les dejase a flor de labios un dulce sabor a murmullo contado a
detalle por el mas viejo pero también él mas zorro de todos los que servían mesas,
con mas anécdotas que ningún otro, desde rupturas sentimentales, hasta implantes
de seno, estafas bursátiles, la quiniela de todos los domingos y un mar de historias
que podría contar, de pronto –Frente a la mesa una figura misteriosa, delgada,
amorfa sin detalles de sexo, con una pañoleta sobre el cabello rojizo teñido que
colgaba hasta sus hombros, la capa mojada acentuaba mas el pequeño talle de
hombros de esa misteriosa sombra que ocultaba las facciones de su rostro bajo
unas gafas grandes cuadradas, de esas que venden en el subte, las de graduación
estándar, de pata ancha y con un gran aumento, Manolo sin gesto y más por
curiosidad que por otra cosa se dejo decir: ¿Algo mas?, tenemos un melcochon de
higos fantástico no se le apetece pregunto- Con la cabeza gacha, mirando hacia un
documento el comensal respondió que no le apetecía nada mas, sobre la mesa
debajo de unas manos delgadas había algo así como una libreta de direcciones, con
nombres y números tenia la tinta corrida tal ves de tanta lluvia, a su derecha estaba
una pequeña bolsa de terciopelo azul donde al sacar el dinero y dejar la propina
pudo verse dentro algo parecido a una cartilla de una cuenta de ahorros, y otro
documento que mas bien parecía un pasaporte, de la cartilla Manolo estaba seguro
por que a Fermín un viejo cambista que ahora hace de office-boy en un banco tiene
una se distinguir por el León que llevaba impreso y las letras en color azul, lo del
pasaporte lo ha sabido por que Julián su hijo saco uno el año pasado para irse de
verano mochilero con los vagos de sus amigos. – Así pues al recoger el dinero sé ah
quedado con algo de incertidumbre, su sexto sentido para imaginar historias en un
oficio donde las abundan le dice que hay gato encerrado, -ni hablar recoge el
dinero y la propina, al dirigirse hacia la caja donde Tobias recibe la factura mira el
billete que ha recibido de propina, se siente húmedo, pero lo que mas le llama la
atención a Manolo es que tiene una mancha roja en uno de los bordes, claro—con
eso de que ya en los bancos no reciben dinero con algún tipo de manchadura o
ralladura de bolígrafo, se de tuvo a observarlo con mas detenimiento para saber si
podría jugarlo en la quiniela del fin de semana, pero al acercarse con mas
detenimiento observa que tiene una mancha roja, párese de vino tinto, pero duda
un poco porque si fuese de vino seria una mancha tenue y podría verse el papel
como si fuese de color tinto, pero esta mancha es espesa de color rojo satín, trato de
mirar hacia la mesa diecisiete pero no vio a nadie, por instinto siguió con la mirada
hacia la puerta principal de “ El Liberty “ y justo se estaba cerrando el brazo de la
puerta sin que nadie estuviese a fuera ni adentro, los ojos de Manolo se cerraron
con agudeza y tibia sospecha de que había algo mas en ese acontecimiento un
viernes lluvioso y aburrido pero chista con los dientes y un guiño en su rostro
termina por cerrar el suceso de nota roja fantasiosos y lleno de ocio para dirigirse a
la cocina para ver con detalle esa mancha sobre el billete de cinco euros de propina
manchado y húmedo que le tiene intrigado.1
1 Derechos Reservados. Bajo numero de registro en folio y amparados por la ley federal de
Derechos de Autor. Milos Mashed. 2005

1 Comments:
Maravilloso, no tengo muchas palabras para describirlo pero no puedo esperar a poder leer mas y ...mas. Gracias por ser como eres.
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Anonymous, at 1:46 AM
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